La Casa del Agua fue inaugurada en el año 2002. Construida a manera de 6 palafitos sobre 6 pozas artificiales, unidas entre sí, donde se introdujeron algunas especies de tortugas y de cocodrilos (Crocodylus moreletii) y plantó vegetación local, estas pozas están conectadas al río Grijalva.
En 2003 se habilitó un vivero donde se propagaban diferentes especies de árboles de la zona y en 2004 se construyó e inauguró el sendero interpretativo, donde es posible apreciar la fauna y la flora del lugar.
Actualmente La Casa del Agua cuenta con cinco salas interactivas, una torre de observación de 20 m de altura y múltiples actividades diseñadas para brindar experiencias memorables a los visitantes,

La Casa del Agua se compone de un conjunto de edificaciones y senderos soportados por palafitos sobre una superficie de 11 hectáreas de humedales a orillas del río Grijalva-Usumacinta.
A través de más de mil metros de andadores, sus visitantes se adentran a un área restaurada de selva y humedales, y en su recorrido pueden apreciar la biodiversidad de la zona caracterizada por una rica vegetación acuática y múltiples especies de aves, tortugas, cocodrilos, monos, entre muchos otros animales.
Al interior de las salas se cuenta con herramientas didácticas e interactivas, en constante actualización, que abordan temas sobre conservación y restauración de ecosistemas, cambio climático y participación de la sociedad en el cuidado del medio ambiente. Cuenta además con un aula climatizada, con vista panorámica al río, donde se ofrecen talleres de sensibilización ambiental a grupos de hasta 35 personas; así como con una sala de proyecciones.
Desde la torre de 20 metros de altura, los visitantes pueden apreciar la grandeza de la planicie tabasqueña y ver “los tres brazos” en donde confluyen los ríos Grijalva, Usumacinta y San Pedro después de su larga travesía desde la República de Guatemala, pasando por los estados de Chiapas y Tabasco, hasta su desembocadura en el Golfo de México.
